En el claustro del Monasterio de Poblet, junto a la puerta del dormitorio, hay una tumba que a menudo pasa desapercibida a los visitantes. Se encuentra en el suelo, cerca del locutorio, y aunque no tiene gran calidad artística, representa un hecho excepcional en un monasterio cisterciense, de ahí su importancia.
Se trata del sepulcro de fray Guillermo Tost, un fraile converso que probablemente fue responsable de la granja forestal de Castellfollit, ubicada en el bosque que lleva el topónimo de Poblet por haber sido posesión del monasterio hasta el 1835.
Hay que recordar que las granjas eran núcleos de explotación económica que poseían las grandes abadías cistercienses y de las que aún quedan algunas alrededor del monasterio, siendo las más importantes la de Milmanda, de gran valor arquitectónico y arqueológico, y la de Riudabella, aunque lo que hoy vemos es una reconstrucción romántica del siglo XIX.
La que aquí nos interesa es la de Castellfollit, dedicada a la explotación forestal y ganadera, al igual que las de la Pena y el Titllar.
Una vez desaparecidos los monjes, el bosque fue cortado sin miramiento para su conservación y aprovechamiento posterior, por lo tanto el bosque que vemos hoy es fruto de las repoblaciones forestales de principios del siglo XX.
Al parecer, fray Guillermo Tost era el encargado de esta granja situada a unos 4 km del monasterio. El motivo por el que en el siglo XIV la comunidad decidiera darle entierro en un lugar tan privilegiado como es el claustro mayor, lo encontramos en el epitafio que está grabado sobre la tumba, aprovechando el espacio de un sillar.
El texto de 1366 está redactado en un catalán perfectamente legible hoy en día. Explica el motivo del entierro y las dramáticas circunstancias de la muerte del fraile, que no dudó en defender los bienes del monasterio.
No cuesta nada imaginarse la escena de una fuerte discusión con unos leñadores, "hombres de Prades", que sin duda llevaban las herramientas de su oficio y el desenlace sangriento del evento. El texto lo dice claramente y termina con una absuelta en latín por el reposo del difunto. He aquí la transcripción literal del epitafio:
ACI:IAU:FRARE:G:TOST:QUI:PER:DEMANAR.JUSTICIA.I:PER;DEFENSIO:DEL:BOSCH:DE: POBLET:PER:HOMENS:DE:PRADES:FOU:MORT: CUIUS:ANIMA:REQUIESCAT: IN:PACE:AMEN: ANNO: M:CCC:LX:VI.
Los profanadores de tumbas que asaltaron el monasterio en el siglo XIX no mostraron ningún interés por esta tumba tan sencilla situada en un rincón del claustro, porque la dejaron intacta y así ha llegado hasta nuestros días.
Conoce al detalle el monasterio con nuestra visita guiada al Monasterio de Poblet.